domingo, 26 de diciembre de 2010

Juegos Literarios con Elu

Mi mejor amiga y yo nos fuimos a Acá Bar y jugamos juegos bien de seño: Patentes y Cuéntamelo, ambos de Ruibal. Nos quedamos horas con Cuéntamelo. Sacás cinco tarjetas, lo cual despliega cinco palabras para que cuentes una historia (o algo) en un minuto y medio. Eliana hizo grandes producciones, que supongo ella misma pondrá en su blog próximamente.

Yo los dejo con las mías. En negrita, las palabras que debía incluir obligatoriamente.

Hola, soy el monstruo de la historieta. El que supuestamente te tiene que atemorizar al gruñir y provocarte pesadillas. Bueno, todo chamuyo: soy manso y boludo. Mi mujer me cagó y en el laburo no me pagan.

Matías es un pterodáctilo que mueve la patita para que le dé de comer. En el laboratorio dicen que no me encariñe, que pronto morirá. Hace unas noches lo escuché gemir de dolor y no supe qué hacer. Lloré y, quisquillosa, me fui a dormir.

Te quiero secuestrar, la concha de tu madre. Quiero congelarte los huesos de placer y calentarte el cerebro por lo mismo. Quiero saborearte delicioso, sentir como meneás tus partes en mis partes y caernos juntos en la procacidad eterna.

Me temo que para vos soy pequeña. Tan pequeña que mis ojitos no vieron la gran piedra con que me tropiezo una y otra vez. Qué gracioso no parar de caer. Qué feo desear y no tener.

Le arrastro el ala a un chabón que me tiene la quetejedi mohosa de obscenidad. Le silbo cuando pasa pero él ni bola. Me debilito. Me inhibe. Me arrojo a la babosidad por él, dice mi doctor.

Hoy me veo con el hincha de Platense. La cagada es que me salió un grano colosal en la punta de la nariz. Lo quise reventar pero no estaba lo suficientemente esponjoso. Encima re rata, no pienso pagar nada yo. Espero que el calamar garpe.

Eructé los aros de cebolla, me calcé la mochila y salí. Afuera, un auto me salpicó con agua del cordón. Lo miré, odiosa. En la esquina el semáforo lo detuvo y, egoísta y vengativa, me paré en el capot a saltar como mono.

Dale, vamos a divertirnos, un toque nomás. Cuando no vea tu novia. Un polvo formidable. Dale, que desearte así se me pone insoportable. ¿Un ratito? ¡Te pago! Aunque estés somnoliento, te doy yo a vos. ¿Dale que sí? Es un ratito, chiquito pero maravilloso. ¡Quiero!

Esa cadera… Quiero que tu esqueleto choque contra el mío. Aceleremos el ritmo y démonos así, meloso, violento, hasta que nos deshidratemos, que el sol impostor no diga que la noche terminó.

Soy el astronauta maniático de tus ojos de Coca Cola. Soy la que dejaría cuajar tus fluidos adentro de mí. Soy quien podrida de perder, nada astuta ni campeona, se deja perder y contesta que nada. Por ahora, nada.

2 comentarios:

La que suscribe dijo...

Buenísima entrada, querída amiga!

Ahora, me pondré a escribir las mías. Que no son "grandes" producciones, jeje. Sólo estaba jugando. Igual, me quedé pensando.

Te quiero, gracias por decirme cosas lindas!!

La pasamos liiindo!! Menos mal.

Sailor V dijo...

JAJAJAJAJA... Me maté de risa. Genia!