Chandler, realizador de cinesargentinos.com.ar, compró la peli y la trajo para que podamos revivir momentos gloriosos. Decía él que si juntaba a 5000 personas, no tenía que vender el auto para recuperar la guita. Juntó a muchísimas más.
Minutos antes de comenzar la función, Chandler se presentó como el gestor de todo esto y fue aplaudido por varios minutos. Vanidad 100 % justificable. Luego su amabilidad se extendió aún más y sorteó unos pósters con los números de fila y asiento. La suerte nos acompañó y ganamos uno.
La definición y el audio son impecables. Ya sé que todos la vimos más de cien veces pero aseguro que hay más detalles por conocer. Por ejemplo: la marca del vodka que bebe Lorraine en el '85, un reloj del Doc que tiene a un hombrecito colgado de las agujas, el sudor que recorre la cara de Marty luego de voltear un pino del viejo Peabody, entre otras. Algunas partes fueron festejadas, tanto como en el primer silencio, cuando uno gritó: "¡No me la cuenten que no la vi!". Palmas y silbidos para el momento en que sale el título, la piña de George a Biff y el beso de los futuros Sr. y Sra. McFly. Nos reíamos de todas las situaciones graciosas como si nos sorprendieran por primera vez. Éramos un conjunto de niños adentro de cuerpos adultos. Éramos felices.
Este placer se va a disfrutar durante sólo una semana. Ya planeo volver a verla en compañía de mi hermana. ¿Dije volver a verla? ¿Usé la palabra volver? Perdón por lo sensiblero, pero Volver Al Futuro volvió, y yo quiero volver.
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