lunes, 7 de marzo de 2011

Backstreet Boys en Luna Park - 1º de marzo 2011

Me había comprado la entrada en diciembre 2010, como para dar cuenta de cuán importante era para mí estar presente en esta fiesta de la nostalgia, las buenas voces, los gritos irracionales y el pop: un concierto de los viejos y queridos Backstreet Boys. Y un día llegó el día y fui feliz.

Cintia se comunicó un día antes para que compartiéramos lugar en la fila. Yo llegué antes y aproveché mi tiempo sola para comprar dos remeras conmemorativas, que me sirvieran también para hacer el curso de coreografía de BSB que comienza este jueves. Cagada de frío por la proximidad del río, lamenté que las putas de siempre estuvieran en el soundcheck mientras yo esperaba a mi amiga.

Ya desde entonces olfateaba una gran falta de rock por parte de las anhelantes fanáticas. Sus conversaciones eran aburridas, mojigatas, quedadas en el tiempo, como si tuvieran los 12 que tenían 12 años atrás. Supe entonces que nada me impediría llegar cerca de la valla. Sólo bastarían unos codazos y empujones para estar ante los ahora cuatro de Orlando.

Caminar los metros necesarios hasta la puerta 5 resultó una hiperventilación combinada con una alegría gigante. Estar dentro significó escuchar más mojigateces saliendo de labios de las inocentes fans: "¡Saltemos!" "¿Cantamos algo? ¿Cuál quieren cantar?" y "¡Paren de empujar! ¡Paren de empujar!", cantado tal como si hubiera una banda con dicho nombre. De a poco empezaron a pedir auxilio, agua y aire retirándose del tumulto por los costados. Yo les pedía a gritos que hicieran mosh y se dejaran de romper las pelotas. Pronto las bobas que estaban detrás nuestro llegaron a formar un muro impenetrable que sólo generaba que el empuje fuera hacia adelante. Y más y más cerca del escenario estábamos.

Salió Agustín Almeyda a cantar. Al principio le cantaban "¡Backstreet Boys!" por sobre su música. Pero cuando frenó todo para que atendieran a una imbécil desmayada, se metió a las taraditas en el bolsillo. Hasta se sabían uno de sus temas y se lo cantaron.

A las 21 hs, apenas pasaditas, se apagaron las luces. Las cámaras de fotos, celulares, BlackBerries y filmadoras se encendieron y podíamos ver la cuenta regresiva que figuraba en pantalla a través de las pantallas de las malditas fans. Y salieron de la pantalla misma; estaba fraccionada en tiritas y al descorrerla con sus manitos hermosas, aparecieron ante nosotras los yanquees más bonitos que hay. Yo me quedé con la mandíbula caída, y sólo podía decir "Oh, my God - Oh, my God" mientras filmaba.

Asesinos, comenzaron con "Everybody (Backstreet's back)" pegado de "We've got it goin' on".

Apenas pude escucharlos, a causa de la contaminación auditiva de las enloquecidas admiradoras, por llamarlas de alguna manera. A continuación, temas nuevos y ningún hit afuera. Han tenido que acortar algunas versiones para que entren en un show de dos horas. Van por su séptimo álbum de estudio y los hits abundan.

Para cada cambio de vestuario, los pibes ponen en pantalla una versión de películas ultra famosas editadas como para ser parte de ellas. El primero fue Howie D. tomando el papel de Paul Walker en "The Fast & The Furious". Para A.J., la muy buena elección de "Fight Club", donde adopta el rol de Tyler Durden. Acertadísimo, Brian es el príncipe boludo de "Enchanted". Y cerró, favorito eterno, Nick en la piel de Neo charlando con Morpheus en "The Matrix".

Ya aburrí bastante, pero agrego que logré estar cerca tanto como para obtener estas fotos con poco zoom.



Todavía bailan (¡hay coreografías nuevas!) aunque a media máquina. Se nota que comen bien porque ya no son esbeltos (excepto Nick, que está "más bueno que comer pollo con la mano", dijo Clarisa) y ni hablar de cómo cantan. Perennemente bien. Hace 18 años que están juntos y hace más o menos lo mismo que somos las mismas las que vamos tras ellos. No es novedad para estos señores, ya que se nota en cada tema que no tienen interés en conseguir fans nuevas; que siguen ahí por las locas de siempre; que ellos y nosotras ya somos como viejos amigos. La letra de la canción que dio comienzo al show reza "As long as there'll be music we'll be comin' back again". No sé de ninguna otra banda que haya asumido este compromiso como ellos.

Nos fuimos exhaustas, mudas (yo no canté porque si no, no respiraba entre tanta vaca sudorosa y egoísta), hechas agua, por ellos, por el sudor humano, felices, satisfechas, conformes. Aunque nunca es suficiente. Deseando que vuelvan pronto, los despido hasta la próxima. Espero ya tener el tatuaje en su honor bonito y terminado para cuando canten de nuevo en Buenos Aires.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

comoo se llama el tema de los bsb qe cantaa Aguus en estee video??
http://www.youtube.com/watch?v=ljkJ8xeqbWQ&feature=player_embedded#at=107

N. H. dijo...

¡Incomplete!