Té
Siempre tuve un problema
con la comida:
no me gusta
cocinarla.
No he puesto a prueba
si sé cocinarla o no.
De una cajita roja salen estos amigos,
que vienen en saquitos.
Lo que sí ponemos a prueba el té y yo es
la fidelidad. Hasta ahora no me ha fallado.
Cada vez que viene un té, charlamos.
Tiene la mágica habilidad de mirarme y
saber lo que pienso.
Pero ha demostrado
no saber qué decir.
Y es por eso que vuelve
a visitarme
una y otra vez.
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